miércoles, 26 de mayo de 2010

Viajando se está mejor


Efectivamente, se está mejor de viaje.

Vuelves y te encuentras con la reducción del sueldo de los funcionarios (los empleados claro) y la congelación de las pensiones. Entretanto se vuelven a aprobar un montón de millones en subvenciones para payasos, titiriteros y otros amigos de la ceja. Y el Sr. Montilla haciendo el indio (perdón a estos por la comparación) demostrándonos a todos cómo un andaluz ha llegado a dominar el catalán. Y el Sr. Chaves, expresidente de Andalucía, tirando de intérprete para entenderle. Lo peor es lo que nos cuesta a los españolitos esta memez.

Yo en mi candidez consideraba que los idiomas estaban hechos para entenderse la gente. Pues no señor, están pensados para dar trabajo a los traductores a costa del erario público (es otra forma de reducir el paro). No sé qué estaba considerando Lázaro Zamenhof cuando inventó el esperanto en 1887. Claro que eso ya es agua pasada. Lo moderno es lo de nuestro parlamento.

Considerando que ya llevo muchos días oyendo cosas sin ton ni son, creo que lo mejor es practicar la técnica del avestruz, por tanto me voy a preparar las maletas porque verdaderamente se está mejor haciendo turismo.

¡Hasta la vuelta!

lunes, 17 de mayo de 2010

Al mal tiempo, buena cara

No lo puedo evitar. Cada vez que paso por el puerto del Madero mi vista se dirige inexcusablemente hacia la silueta de la sierra del Cortado tratando de divisar los pueblos de Esteras de Lubia y Tajahuerce. Esta vez no hubo suerte. La lluvia impedía cualquier contacto visual.

No es que estos pueblos tengan nada especial. Sin embargo, desde que tuve conocimiento de la procedencia de nuestros antepasados, producen en mí una fascinación que no acierto a definir.  

Me sucede lo mismo con toda la provincia de Soria. Siempre le encuentro ese atractivo que capta mi atención, aun en los días que parecen más inadecuados, como el de esta excursión que realizamos un grupo de jubilados. Estábamos en la comarca de Pinares y a pesar de la lluvia y el frío nos cautivaron sus bosques de pinos, sus montes nevados, sus pueblos sosegados, solitarios en ésta época, de ese sobrio estilo castellano.

No pudimos acceder a la Laguna Negra debido a que la carretera estaba cortada (quién lo iba a decir) por nieve en estas fechas. Nos contentamos con una visita muy interesante a Vinuesa y otra posterior a las ruinas de Numancia (brrr qué frío hacía allí).

Entre estas visitas, la comida con los amigos, las  leyendas, poemas y otros relatos de Antonio Machado escuchados a Ismael, nuestro ameno guía,  pudimos capear el temporal de una primavera que no llega y mitigar la frustración de no contemplar la maravilla de esa laguna que casi ya no recuerdo.

Otro día será.