sábado, 28 de febrero de 2009

El eslabón perdido

Cuando más entusiasmado estás porque consigues logros con relativa facilidad, de pronto surge un atasco que te deja durante un tiempo en el dique seco sin que atisbes soluciones por mucho que lo intentes y des vueltas y vueltas a los documentos. En estos casos es mejor dejarlo de momento para que se te refresquen las ideas.

Esto me ocurrió con mi abuelo Fernando. Según su partida de nacimiento y de bautismo sus padres eran José María y Ana Martínez, cuya partida de nacimiento tenía localizada, pero no así las de su abuelo paterno José Tajafuerte, casado con Longina Areche que no aparecía por ningún lado. Intuía que había algún error, pero no caía en la cuenta de donde estaba. Hasta que, cotejando todos los documentos, comprobé que en la partida de nacimiento de su padre José María (mi bisabuelo), constaba que los padres de éste eran Juan Tajafuerte y Eugenia Areche (mis tatarabuelos) y no José y Longina como figuran en los documentos de mi abuelo.

Sentí gran alivio y satisfacción. Ya había encontrado el eslabón que me unía al primer Tajafuerte encontrado en Tudela (Eugenio), puesto que su hijo era Juan Tajafuerte.

La búsqueda de antepasados en Tudela se había agotado. Comenzaba otra etapa que sospechaba iba a ser más difícil y costosa, puesto que tenía que pensar en desplazarme a Soria para seguir con mis indagaciones.

Otras fuentes de información y recursos

Dentro de los recursos de búsqueda de datos que me había encontrado en el Anillo de Genealogía Hispánica estaban los Registros Civiles y los Archivos Municipales.

Todos ellos son importantes y no hay que dejar de lado ninguno. Para los comienzos los Registros Civiles son imprescindibles, ya que la regla básica es iniciar las indagaciones a partir de uno mismo hacia atrás. Como solamente nos podemos remontar a 1870 que es cuando se crean estos registros en España pronto se agota esta información.

Los archivos municipales me fueron de una gran utilidad. Les solicité información sobre el apellido Tajafuerte y me facilitaron unos listados con nacimientos, matrimonios y defunciones, todos ellos relativos al mencionado apellido, que me vinieron de maravilla.

Como los datos que iba recopilando empezaban a abrumarme, adquirí un programa informático (GDS) que me es de gran utilidad y todavía utilizo. Es importantísimo elegir el programa adecuado. Hay muchos, pero éste es un programa español muy completo que se adapta perfectamente a nuestro sistema de apellidos.

jueves, 26 de febrero de 2009

Los archivos parroquiales

Continúo con el tema que vengo tratando de mis averiguaciones acerca de la genealogía de nuestra familia.

Con la información conseguida en Internet, y una vez ordenadas las notas sacadas de la Iglesia de los Mormones, di comienzo a la apasionante investigación en los archivos parroquiales del Palacio Decanal de Tudela.

Allí, debo decirlo, todo fueron facilidades por parte tanto de D. Vicente, director del archivo, como de todos los empleados que entonces estaban, especialmente de Merche, a quien nunca agradeceré bastante su ayuda lo mismo para enseñarme a manejar los lectores de microfilms como para sacarme lo mejor posible las fotocopias que le pedía de los documentos.

En los archivos parroquiales la tarea fue ardua, pese a la gran ventaja de estar microfilmados muchos libros. Algunos de ellos incluso tienen índices con lo cual la búsqueda se realiza más fácilmente, aunque tampoco son muy fiables. Algunos están ordenados por el nombre en lugar del apellido, con la dificultad que esto conlleva. Otros no son legibles bien por la caligrafía de los párrocos, bien porque la humedad ha hecho traspasar la tinta, otros por la baja calidad de ésta que está prácticamente diluida. A pesar de todo empecé a cosechar algunos frutos y también a encontrar dificultades.


Agradezco públicamente desde aquí a los empleados de estos archivos la forma en que han estado a mi disposición para facilitarme lo que necesitase y  siempre con una amabilidad insuperable. Gracias a todos por todo.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Los Mormones

Yo no tenía ni idea de esto, pero resulta que la Iglesia de Jesucristo de los Santos del Utimo Día, más conocidos como Los Mormones, tiene microfilmados muchos libros de la iglesia Católica por un acuerdo al que llegaron con ella. También han procesado documentos de Registros Civiles y esto ha provocado una gran polémica a nivel nacional sobre si esto debieran poderlo hacer, o no, puesto que han accedido a acontecimientos privados sin el consentimiento de los afectados, si bien es verdad que estas cuestiones son de personas nacidas antes de 1924. Esto de la fecha de nacimiento lo han llevado a rajatabla para no chocar con la LPD.

Polémicas aparte, a mí me vino como anillo al dedo. En septiembre de 2004, buscando en http://www.familysearch.org/ el apellido TAJAFUERTE surgieron los siguientes resultados:

De JUAN TAJAFUERTE, su matrimonio con María Lasala y otro posterior con Eugenia Areche. De ANA TAJAFUERTE LASALA, TRINIDAD TAJAFUERTE ARECHE, MARIA REMEDIOS AGUSTINA TAJAFUERTE ARECHE e INES TAJAFUERTE ARECHE, sus respectivos bautizos. Y de todos ellos información de padres y abuelos y las fechas de los acontecimientos.

Haciendo alguna variación logré por fin dar con este otro nombre y los datos referidos a continuación:
EUGENIO TAJAHUERZE. Nacido en Esteras, padres Josef y Ramona Salvador. Esposa María Ramos García Troncón, matrimonio el 3/05/1815 en Santa María de Tudela.

Cotejando los nombres y apellidos de los padres y abuelos de Juan Tajafuerte caí en la cuenta de que Eugenio era su padre y recordé que había encontrado en el Anillo de Genealogía el apellido Tajahuerce. Volví sobre mis pasos y averigüé que dos personas tenían información de éste apellido; un tal Juan Carlos Cervero Vadillo decía tenerla de Tajahuerce en Esteras de Lubia desde 1608, y éste era el que me interesaba puesto que según ya sabía Eugenio Tajahuerze procedía de Esteras. Puse un correo electrónico a jccervero@...... y...a esperar.

No quiero dar más detalles de los asuntos encontrados porque tengo la intención de facilitar algún día una pequeña semblanza de cada uno de ellos y ahora trato solamente de dar cuenta de los pasos que he ido siguiendo.

martes, 24 de febrero de 2009

Los primeros resultados.


Sigo aportando datos respecto a las diligencias llevadas a cabo en relación al asunto de la genealogía familiar en el punto en que lo dejé en el artículo anterior.

Tras los referidos fracasos iniciales, pensé que había dejado de lado algo tan importante como saber qué personas llevaban este apellido hoy y para esto era imprescindible el listín telefónico. Me puse las pilas y a buscar en las Páginas Blancas de Telefónica.

Estos son resultados obtenidos:
* En toda España con el apellido TAJAFUERTE en primer lugar solamente había cuatro personas. Si descartaba a mi hermano y a mí mismo, quedaban dos. Una en Zaragoza, con quien no he podido contactar todavía; y otra en San Pedro del Pinatar (Murcia), con quien no precisaba contactar porque sabía que era natural de Tudela y que yo conocía como familiar, hija de un Tajafuerte que regentó un pequeño comercio de carbones.
* Con el apellido TAJAFUERTE en segundo lugar aparecían en toda España nueve personas. Tres de ellas en Pamplona que son hermanos; los tres primos nuestros de Tudela, hijos de hermanas de mi padre; otra persona más de Tudela de quien ya tenía noticias; otra en Barcelona, también primo nuestro, hijo de otra hermana de mi padre; y una hija de la señora de San Pedro del Pinatar (Murcia).

Unas resultas bastante pobres, pero ya era algo con lo que empezar. Tenía conocimiento de que en Buñuel vivían personas con este apellido, pero no aparecían, por lo que tuve que conformarme con lo que había y seguir por otro lado. Más tarde pude contactar con una persona de esa familia y me informó de que ellos no son Tajafuerte, sino Tajafuerce y que proceden de Pozalmuro, de la provincia de Soria. Algún día profundizaré más en este asunto.

Sin arrojar la toalla


Creo que no digo nada nuevo si asevero que para conseguir cualquier objetivo es imprescindible no desistir ante los primeros obstáculos que siempre surgen. Y esta máxima la tuve que poner en práctica ante las dificultades iniciales que se presentaron tal como ahora relato:

Prosiguiendo con las actuaciones para la consecución de mis deseos genealógicos, busqué mi apellido en la base de datos del Anillo de Genealogía Hispánica y no lo encontré, solamente algo parecido: TAJAHUERCE, que luego resultó de vital importancia como comentaré en otro momento. No muy decepcionado, porque me esperaba algo parecido, incluí mi apellido en su tablón e hice una petición de ayuda para ver si alguien conocía el apellido. Nunca he obtenido respuesta alguna.

En otra página, “todoexpertos”, insistí en mi petición, pero el experto se limitó a decirme que le diera tiempo para buscar. Hasta ahora.

No obstante he visto alguna vez que han dado por supuesto que la respuesta era correcta. No puedo culparles de ello puesto que yo nunca califiqué su actuación. Estamos en paz.

A pesar de estas primeras decepciones, no cejé en mi empeño por seguir adelante con la investigación iniciada, porque ya sabía que la tarea no iba a ser nada fácil.

El albor de una investigación


Voy a continuar exponiendo los pasos que he ido dando para llevar a cabo el anhelo tantas veces postergado de conocer nuestros orígenes.

Una vez prejubilado, tras el periodo de tiempo de aclimatación a mi nueva situación, me propuse iniciar definitivamente este proyecto. Y efectivamente lo hice a primeros de setiembre de 2004.

Dada mi total ignorancia en los aspectos de genealogía, comencé por lo más básico: tratar de enterarme de que iba el tema genealógico y pensé que la forma más asequible era Internet y decididamente puse manos a la obra.

Comencé con el buscador Google, y tecleando la palabra genealogía encontré la página web de El anillo de Genealogía Hispánica. Sin pensármelo dos veces, entré en ella y fue abrirse las puertas de todo un mundo nuevo para mí; una gran ayuda, pues allí encontré sobre todo los consejos más importantes para que los principiantes como yo sepan por dónde empezar a buscar datos.

Además de Internet, opté por la Biblioteca Municipal y allí encontré un par de libros que me fueron de gran utilidad y que confirmaban lo averiguado en El anillo.

Me dispuse pues a utilizar los recursos que me sugerían con el entusiasmo de quien se encuentra con algo nuevo y esperanzador.

lunes, 23 de febrero de 2009

Un antiguo proyecto


Siempre he tenido el deseo de indagar el origen de nuestro apellido, que intuía que era más bien escaso por no haberme encontrado nunca con ninguna persona fuera de nuestra familia que lo llevara.

Hace ya algún tiempo comenté esta ilusión con mi hermano y él también la compartía, pero la falta de tiempo por nuestras obligaciones laborales no nos permitía desarrollar las actividades necesarias para esta investigación. En 1999, en el funeral de una tía, hermana de mi padre, mi primo Paco de Barcelona, comentando sobre este mismo tema, me confesó que a él también le agradaría saber de donde provenía nuestro apellido. Le trasmití lo que siempre nos habían dicho tanto mi padre como mi madre, que ellos habían oído que los antepasados de mi padre procedían de Castilla y le confié que tenía el proyecto de iniciar las pesquisas pertinentes.

Hemos tenido la gran alegría de ser abuelos. Mi hijo ha tenido una preciosa niña, de la que acabamos de celebrar su primer cumpleaños y este evento me ha afincado más en la consecución del propósito ya comenzado de investigar todo lo que pueda en nuestros orígenes aunque no sea más que para que un día mi nieta sepa la procedencia del apellido que llevamos los Tajafuerte.

Empiezo pues a escribir esta recopilación de notas de los trabajos y resultados hasta ahora obtenidos y que iré divulgando de manera paulatina para conocimiento de los componentes de nuestra familia.